Quien quiere comprar un coche en Alemania y traerlo a España se pregunta cuanto le va a costar. El coste de la importación incluye una serie de gastos fijos (fundamentalmente, impuestos, tasas e inspecciones) y unos gastos variables según como se va realizar la importación del automóvil.
A continuación vamos a ver cuáles son los gastos asociados a una operación comercial de este tipo y cuáles son los que deben afrontarse en Alemania y cuáles los que deben costearse en España.
Gastos en Alemania
La primera variable, fundamental, a la hora de valorar el coste de la operación es si vamos o no a viajar hasta el país germano para comprar el vehículo en cuestión.
Si realizamos ese viaje deberemos contar con los gastos del billete y del alojamiento. Tanto unos como otros pueden variar mucho dependiendo de múltiples factores. La antelación con la que se reserven tanto los billetes como el alojamiento es uno de esos factores. La categoría del hotel en el que vayamos a alojarnos es, sin duda, otro de ellos. Tampoco vale lo mismo viajar en clase turista que en Business Class.
Al hecho de viajar van asociados también los gastos de restauración y los destinados a sufragar los desplazamientos internos por la ciudad o el país.
Otro de los costes variables que hay que tener en cuenta tiene que ver con la Inspección Técnica del Vehículo. Esta ITV (o TuV) es absolutamente necesaria para poder importar un coche alemán. Sin ella, el automóvil no puede salir del país. Si la compra del vehículo se realiza en un concesionario, la inspección suele estar realizada. Si no es así, con toda probabilidad deberemos costear el precio de la misma, que ronda los 100 euros.
De la misma manera que se necesita esta inspección, es necesario también disponer de un certificado de gases. En este caso nos encontramos en la misma situación descrita en el párrafo anterior. Si compramos el coche fuera de un concesionario, deberemos costear muy probablemente la inspección de gases y la expedición del correspondiente certificado.
Otro de los gastos asociados es el del impuesto de circulación alemán. Éste deberá pagarse siempre que se importe un vehículo que haya sido matriculado antes del 1 de julio de 2009. Por cada 100 cc que tenga un vehículo de gasolina se pagan 2 euros. En el caso de los vehículos diésel, la tasa es de 9,50 euros por cada 100 cc.
A la hora de pagar este impuesto también se valoran las emisiones del vehículo.
Más allá de todos estos gastos variables existen unos costes a sufragar en el país de origen que podemos catalogar como fijos. El principal de ellos es el de las placas de matrículas provisionales. Asociadas a un seguro básico y también provisional, las placas tienen un coste que varía entre los 100 y los 350 euros dependiendo de su duración. Hay matrículas provisionales para cinco días y placas temporales para un mes.
Gastos de transporte
Los gastos de transporte son absolutamente variables. Hay quien, habiéndose desplazado a Alemania, prefiere traer el coche conduciéndolo él mismo. En este caso hay que contar con gastos de combustible, peajes, comidas y una noche de hotel. En cualquier caso, no menos de 500 euros.
Se puede optar también, para hacerse traer el coche, por contratar los servicios de una empresa de transportes internacionales. En este caso, el automóvil viaja a España cargado en un trailer. Con un tiempo de recogida y entrega que oscila entre los 15 días y un mes, el coste de este servicio ronda los 800 euros.
Finalmente, el comprador de un automóvil puede hacérselo traer por un conductor profesional. En este caso, la tarifa por el servicio dependerá de dónde se encuentre el vehículo y de la celeridad con la que se desea tener el coche en España.
Gastos en España
Vistos los gastos anteriores, vamos a ver los gastos que deben costearse en nuestro país. Aquí también encontramos unos costes de carácter variable y otros de carácter fijo.
El Impuesto de transmisiones patrimoniales o ITP deberá pagarse en aquellos casos en los que se haya comprado el coche a un particular. En estas situaciones no se paga el IVA intracomunitario (que sí se paga cuando se compra en un concesionario, que emite factura). La cuantía del ITP viene determinada por cada Comunidad Autónoma y oscila entre un 4 y un 8 % sobre el valor fiscal del vehículo. A la hora de calcular este impuesto se aplica una depreciación según los años que hayan transcurrido desde su fabricación.
Entre los gastos de carácter fijo a pagar aquí hay que destacar el del Impuesto de Matriculación. ¿Cómo se calcula la cuantía de este impuesto? En función de unos valores reflejados en las tablas que Hacienda publica cada año en el B.O.E. y en función, también, de las emisiones de CO2 del vehículo importado.
Otros de los costes asociados y que hay que pagar en nuestro país son el impuesto de circulación y las llamadas tasas de Tráfico o tasas DGT.
El impuesto de circulación es un gravamen de carácter municipal y su cuantía depende de lo fijado por el Ayuntamiento del municipio en que resida el propietario del vehículo.
Por su parte, las tasas de Tráfico o tasas DGT incluyen el coste de la ITV (ésta es una inspección técnica especial que sirve para expedir la ficha técnica del vehículo) y el coste de realización de las matrículas españolas y definitivas del coche.
Finalmente, hay un coste que, siendo de carácter variable, siempre es aconsejable afrontar cuando se compra un vehículo de ocasión: el de la contratación de un servicio de garantía. En el mercado pueden encontrarse diversas opciones con precios muy variados. Lo que se contrata al contratar este servicio es una garantía de un año en reparaciones por el valor venal del automóvil.
Todos estos serían, en resumen, los gastos que habría que tener en cuenta a la hora de calcular el coste de importar un coche de Alemania.