La Berliner Dom o catedral de Berlín es, sin duda, uno de los lugares de inevitable visita de la capital alemana. Tanto por su exuberante decoración interior como por su imponente arquitectura, este templo es uno de los grandes monumentos alemanes.
El origen de la actual Berliner Dom hay que buscarlo en el siglo XV. Donde ahora se encuentra ubicada la catedral se hallaba una catedral barroca que formaba parte de las instalaciones del Palacio Real de Berlín y que, construida por el arquitecto Johann Boumann, fue culminada en 1747. Apenas cincuenta años después, en 1822, el arquitecto berlinés Karl Friedrich Schinkel la remodeló y le dio un aire neoclásico.
La antigua catedral de la capital alemana fue mandada derruir por el káiser Guillermo II en 1894. En su lugar se levantó la actual, diseñada por Julius Raschdorff, que la imaginó y creó en estilo del Alto Renacimiento con detalles barrocos a fines del siglo XIX y principios del XX.
Con esta catedral, Guillermo II quería dar la réplica protestante a la católica San Pedro del Vaticano y a la anglicana San Pablo de Londres.
Finalmente, la Berliner Dom se inauguró en 1905. Los bombardeos aliados durante la Segunda Guerra Mundial, en especial durante los últimos meses, dejaron el templo berlinés seriamente dañado.
Finalizada la contienda, habrían de pasar tres décadas para que, en 1975, se iniciara su remodelación. Las tareas de reconstrucción de la catedral no finalizaron hasta 1993, cuatro años después de la reunificación alemana.
Características arquitectónicas de la catedral de Berlín
Quien contempla esta catedral desde el exterior contempla una cúpula monumental flanqueada por cuatro torres. Dicha cúpula la corona una linterna con cruz dorada. Esta cruz fue colocada en 2008, pues la anterior estaba deteriorada y fue llevada a uno de los cementerios de la catedral. La fachada de la catedral mide aproximadamente 114 metros de largo y el edificio tiene una anchura de 73 metros y una altura de 116.
La fachada de la catedral de Berlín se asoma al jardín Lustgarden y al Palacio Real de Berlín.
En el interior de la catedral, el visitante puede encontrar una exuberante y suntuosa mezcla de estilos que se reflejan en tanto en sus mosaicos como en las estatuas que decoran el templo. Esa exuberancia, tan propia de finales del siglo XIX, es uno de los distintivos estilísticos de este templo.
Entre todas las piezas y obras que atesora este templo destacan el altar, realizado en mármol, y la pila bautismal.
Otra de las joyas de este templo berlinés es el cuadro Derramamiento del Espíritu Santo, de Carl Begas.
El órgano de la catedral de Berlín, por su parte, posee más de 7.000 tubos de viento. Quien desee visitar este templo y ame la música, puede hacer coincidir el momento de su visita con los conciertos de órgano que se programan diariamente.
El museo y el panteón
En su museo, la catedral berlinesa exhibe bocetos y dibujos que hacen referencia a sus orígenes. Gracias a dichos bocetos, el visitante puede hacerse una idea muy aproximada de cómo podía ser el templo en sus orígenes.
Quien visite la catedral no puede perderse visitar el panteón de los Hohenzollern. Los Hohenzollern eran la familia real de esta zona de Alemania durante los siglos XI y XII.
Ubicado bajo las galerías de la sala superior del templo, el panteón reúne casi 100 sarcófagos que abarcan casi cinco siglos de la historia de Alemania. Entre todos ellos destacan especialmente los Federico I y la reina Sofía Carlota. El visitante no debe esperar, sin embargo, encontrar en este panteón el sarcófago del káiser que mandó realizar el templo actual, pues Guillermo II murió en el exilio y sus restos reposan en Holanda.
Finalmente, el turista que visite esta catedral puede plantearse la posibilidad de subir los 270 escalones que llevan hasta la cúpula. Desde ella pueden contemplarse unas vistas panorámicas espectaculares de la capital alemana. Ubicada dentro de la Isla de los museos, la cúpula de la catedral de Berlín es un lugar ideal desde el que contemplar una inigualable vista de la Alexander Platz.
Para llegar a la catedral de Berlín se pueden tomar las líneas de metro S5, S7 y S75 hasta Alexander Platz o hasta Hackescher Markt, así como las líneas del U-Bahn U2, U5 y U8, así como los autobuses 100, 200, EV, M5, M48, N5, TXL y los tranvías RB14, RE1, RE2, RE5 y RE7.