Junto al Muro y la catedral, el Reichstag es una de las imágenes icónicas de Berlín. Sede del Bundestag o parlamento alemán, éste es un edificio cargado de simbolismo e historia. Una de las fotografías más famosas de la Segunda Guerra Mundial, por ejemplo, muestra a soldados soviéticos izando sobre el edificio la bandera de su país.
Aquel edificio y aquella cúpula, entonces en ruinas debido a los bombardeos, fueron reformados por el estado alemán bien avanzada la postguerra. En la actualidad, este edificio es uno de los destinos turísticos más visitados de Berlín.
La construcción del Reichstag
Diseñado por Paul Wallot, este histórico edificio fue construido en diez años, entre 1884 y 1894. El diseño de Wallot incluía que se inscribiera en su fachada la inscripción “Dem Deutschen Volke” (“Al pueblo alemán”). El Kaiser Guillermo, sin embargo, prohibió inicialmente aquella inscripción, que no se realizó hasta 1916.
Uno de los momentos más importantes de la historia del edificio tuvo lugar en febrero de 1933, apenas cuatro semanas después de la toma de posesión de su cargo de Canciller por Adolf Hitler. El incendio del Reichstag (incendio que, al parecer, fue provocado) sirvió de excusa al mandatario alemán para emprender una dura campaña de persecución de sus enemigos políticos. Esa campaña le llevaría finalmente a la Jefatura del Estado y a la instauración de su dictadura.
La llegada de Hitler al poder absoluto relegaría el papel institucional del Reichstag (¿qué sentido tiene un parlamento en una dictadura?) y éste quedaría prácticamente abandonado o destinado a funciones que no eran aquéllas para las que había sido creado.
Durante el dominio nazi, el edificio histórico del Bundestag cumplió funciones de fábrica y también de hospital. Durante los últimos tiempos de la Segunda Guerra Mundial, el edificio se convirtió en una especie de fortaleza con sus puertas y ventanas completamente tapiadas y, sobre todo, en un objetivo prioritario del Ejército Rojo.
La reforma del edificio
Tras la contienda, tal y como hemos indicado, el edificio quedó en ruinas y en ruinas permaneció hasta 1961. Fue en ese año cuando se realizó una restauración parcial del edificio, pero no fue hasta 1991 cuando se decidió que el lugar volviera a convertirse en la sede del parlamento alemán.
De entre todos los proyectos de reforma que se presentaron, se escogió, en 1995, el que presentó el arquitecto británico Norman Foster.
La reforma diseñada por Foster incluía la nueva cúpula y se inició de una manera espectacular: los artistas Christo y Jeanne-Claude utilizaron tela plateada para cubrir y empaquetar completamente el edificio. La instalación que creó esta pareja de artistas atrajo a 5 millones de visitantes en tan solo dos semanas. Las obras de reforma, finalmente, quedaron acabadas en 1999.
Visitas turísticas al Reichstag
Cercano a la Puerta de Brandeburgo, el Reichstag puede verse completamente desde fuera y puede visitarse por dentro.
Las posibilidades de visita que se ofrecen al turista son muy variadas. La más popular de ellas es la que permite subir a la cúpula. Diseñada por Foster, está colocada justamente sobre la sala de plenos. Esto permite a la gente que la visita ver desde arriba la sala plenaria del parlamento alemán.
El que la cúpula se diseñara de ese modo y el que se permita visualizar desde arriba las sesiones del pleno esconde un mensaje claramente simbólico y político. De alguna manera, se está lanzando al mundo el siguiente mensaje: “el pueblo, por encima del gobierno, le vigila”.
La reforma que se hizo del edificio incluyó la instalación de un sistema de espejos destinados a reflejar la luz hacia el interior del mismo, con lo que se aumentó su eficiencia energética. Al mismo tiempo, se instaló una pasarela en espiral que permite subir a la parte alta del edificio. El acceso a la cúpula y a la azotea es gratuito.
Dentro de las opciones de visita turística al Reichstag podemos destacar las visitas guiadas. Éstas se realizan cuando no hay sesiones parlamentarias, duran aproximadamente 90 minutos y se realizan, por idiomas, en grupos reducidos.
Sirven para conocer tanto el edificio como el funcionamiento del parlamento, así como algunas curiosidades de la historia del mismo. Para no ocultar el pasado, los reformadores conservaron algunos grafitis que los soldados soviéticos hicieron en el mismo durante el tiempo en que lo estuvieron ocupando.
Las visitas, gratuitas, deben solicitarse con antelación y finalizan con una visita por libre a la cúpula y a la azotea.
Visitas a la Sala de Plenos
A través de estas visitas organizadas es posible entrar en la sala plenaria, acceder a diferentes niveles y conocer detalles históricos que se han querido conservar, como por ejemplo algunos grafitis realizados por el Ejército Rojo. Las visitas son gratuitas y se realizan todos los días a las 10:30, a las 13:30, a las 15:30 y a las 18:30h. Finalizan con un pàseo por libre a la cúpula y la azotea.
Otra de las posibilidades que se ofrece es la de presenciar una sesión parlamentaria del Bundestag. En la zona más alta de la sala de plenos existen tribunas para visitantes.
Quienes solicitan acudir a una sesión plenaria del Bundestag pueden asistir durante aproximadamente una hora a un debate parlamentario. Los días de visita a estas sesiones son los miércoles de 13:00 a 16:00h, los jueves de 09:00 a 22:00h y los viernes de 09:00 a 14:00h.
Para poder asistir a una sesión plenaria es necesario solicitarlo con mucha antelación ya que las plazas que se ofertan para son muy limitadas.
Al igual que sucede con las visitas guiadas al Reichstag, quien asiste a un debate parlamentario en calidad de visitante puede después visitar libremente la cúpula y las terrazas del edificio.
Para visitar este edificio (sea en la modalidad que sea) hay que cursar una solicitud en la página web del Bundestag. Al realizar la reserva debe indicarse el tipo de visita que se desea realizar, el número de personas que la realizarían y, lógicamente, la fecha y la hora de la misma.