El 12 de septiembre de 1963 está marcado con letras de oro en la historia de la industria automovilística. Ese día se presentó en el Salón del Automóvil de Frankfurt el Porsche 911, un modelo que estaba llamado a sustituir al Porsche 356. Presentado como Porsche 901, este automóvil tuvo que cambiar de nombre. La marca francesa Peugeot tenía registrado dicho número para uno de sus modelos.
Nacimiento del Porsche 911
Ferry Porsche, alma mater de la marca junto a su padre y fundador, Ferdinand, dijo que había construido el 911 porque había salido a la calle a buscar el coche que le habría gustado conducir y no lo había encontrado. Así, se decidió construir el que a día de hoy es para muchos el mejor coche deportivo de la historia.
El 911 es todo todo un mito, un automóvil del que se han fabricado más de un millón de unidades.
Aquel primer 911 tenía un motor bóxer de seis cilindros ubicado en par detrás del eje trasero. El coche soñado y realizado por Ferry, con poco peso y suspensión delantera McPherson, rendía 130 CV y alcanzaba una velocidad de 210 kilómetros por hora.
Para aumentar su seguridad y asegurar una buena capacidad de frenada, el fabricante alemán dotó al 911 de frenos de disco en todas sus ruedas.
Tras esta primera versión del Porsche 911, la marca fue realizando nuevas variantes y versiones. En 1966 aparecieron el Porsche 911 S y el Porsche 911 Targa. El 911 S, más potente que la versión original, llevaba las prestigiosas llantas forjadas de la marca Fuchs. El 911 Targa, con sus arcos de acero inoxidable, apareció a finales de 1966 y fue definido como “el primer cabriolet seguro del mundo”.
Un año después, en 1967, el fabricante alemán incorporó al 911 la primera transmisión semiautomática de cuatro velocidades Sportomatic. En ese mismo año, y gracias a sus modelos 911 T, 911 E y 911 S, Porsche pudo entrar en el mercado estadounidense. Se lo permitía el conseguir la homologación de emisiones de escape, un requisito para poder comercializar vehículos en los EE.UU.
Porsche “Cola de Pato”: prestaciones y motores
El desarrollo de esta primera generación del Porsche 911 tocó su punto álgido en 1972. Ése fue el año de nacimiento de un Porsche 911 Carrera muy especial: el RS 2.7. un modelo conocido popularmente como “cola de pato” debido a la forma de su alerón trasero.
Este vehículo equipaba un motor que desarrollaba una potencia de 210 caballos. La potencia de dicho propulsor, aplicado a un vehículo cuyo peso no alcanzaba los 1.000 kilos, se traducía en una sola palabra: velocidad. Mucha velocidad.
El Porsche “cola de pato” es considerado hoy en día una auténtica pieza de coleccionista. Resulta imposible encontrar uno de estos vehículos que se cotice por menos del medio millón de euros. Desde su aparición no son pocos los coches deportivos de diferentes marcas que han pretendido imitar el perfil de esa mítica “cola de pato” del Porsche Carrera RS 2.7.
Este modelo fue el último coche de la primera generación del Porsche 911, una generación de la que llegaron a fabricarse y venderse más de 80.000 unidades. Tras esa generación se han diseñado hasta la fecha seis generaciones más. Todas esas generaciones han conservado algunas características del modelo original. Entre dichas características podemos destacar la tracción trasera, la carrocería cupé, el motor de seis cilindros bóxer y un interior con configuración 2+2 plazas.
De las diferentes y sucesivas generaciones de este mítico vehículo os hablaremos en nuestros próximos artículos sobre la historia del Porsche 911.