Si de alguna ciudad puede decirse que es el centro financiero de Alemania ésa es Frankfurt. Capital del estado de Hesse, Frankfurt es una ciudad en la que se entrecruzan la historia, el arte y la tradición para crear un lugar de obligada visita para todo aquel que acuda a Alemania con la intención de conocer sus rincones más importantes.

Quien acuda a esta bella ciudad alemana podrá disfrutar de un sinfín de museos, parques, barrios históricos, etc. Esa gran variedad de atractivos turísticos convierte a esta localidad en una de las ciudades más visitadas de Alemania. En este artículo queremos realizar un listado de algunos de sus principales atractivos turísticos.

El barrio de Römerberg

Si hay una zona que tiene especial encanto en la ciudad ésa es Römerberg. Éste es el barrio de lo que podrían llamarse las “casas patricias”. Remodelado recientemente, en este barrio se encuentra una de las principales iglesias de la ciudad, la Iglesia de St. Paul.

En Römerberg se encuentra también la sede del ayuntamiento de Frankfurt. Construido en 1405, en este venerable edificio fueron coronados algunos de los más importantes reyes y emperadores alemanes.

Römerberg ha sido siempre un punto muy importante comercialmente. Ya en el siglo XIII se celebraban en esta zona de la ciudad las primeras ferias de productos, y aún hoy, tantos siglos después, alberga uno de los principales mercadillos nadiveños de Alemania.

En la plaza central de Römerberg se pueden observar seis edificios de madera que conservan la estructura que tenían este tipo de edificios en los siglos XV y XVI. Estos edificios no son los edificios originales. Aquellos fueron destruidos durante la Segunda Guerra Mundial. Reconstruidos por las autoridades municipales entre 1981 y 1983, estos edificios son de obligada visita cuando se visita Römerberg.

Casco Viejo de Frankfurt

El barrio de Saal Lane

Si Römerberg es, por decirlo de algún modo, el barrio antiguo de la ciudad, Saal Lane es el barrio moderno. Arrasado durante la Segunda Guerra Mundial, se puede decir que Saal Lane fue reconstruido casi en su totalidad después de finalizar la contienda.

En este barrio podemos encontrar el Museo de Historia de Frankfurt, así como un abigarrado conjunto de calles estrechas y plazoletas y un magnífico jardín arqueológico. El museo se reconoce fácilmente por tener forma de castillo medieval y por poseer una torre con reloj en su esquina.

En él se pueden contemplar diversas maquetas de la ciudad así como ajuares de los emperadores que se coronaban en la Catedral de San Bartolomé o Catedral Imperial de Frankfurt. Interactivo y muy didáctico, el Museo de Historia de Frankfurt es muy recomendable para personas de todas las edades.

La casa de Goethe

Johann Wolfgang von Goethe es, sin duda, uno de los mayores autores de la literatura alemana. Por hacernos una idea, Goethe es a la lengua alemana lo que Miguel de Cervantes lo es a la española: una cima ineludible.

Nacido en 1749 en esta localidad, Goethe vio la luz y vivió gran parte de su juventud en un edificio convertido en museo en el que el visitante puede hallar artículos de la vida cotidiana de su familia, así como el estudio del poeta y dramaturgo.

En la Casa-Museo de Goethe también se puede contemplar su escritorio, el comedor o la sala de música, así como diversos cuadros, grabados y bustos de los siglos XVIII y XIX.

Catedral de Frankfurt

La catedral imperial de Frankfurt

Cinco estructuras han existido en el mismo lugar en que se halla la Catedral Imperial de Frankfurt desde que en el año 852 se instalara en ese mismo espacio la Basílica del Salvador. La Kaiserdom (catedral del Imperio), conocida también como Catedral de San Bartolomé, acogió entre 1562 y 1792 la coronación de diversos emperadores.

La catedral o colegiata de San Bartolomé es una catedral de estilo gótico que ha tenido una historia tan azarosa como la del país en que se ubica. Construida entre los siglos XIV y XV, fue destruida por el fuego en 1867 y afectada gravemente por los bombardeos aliados entre los años 1943 y 1944. Gran parte de lo que actualmente se contempla en ella es, pues, fruto de una cuidada reconstrucción.

Desde su torre, de 95 metros de altura, se pueden admirar unas bellísimas vistas tanto de la ciudad como de sus alrededores si se visita entre abril y octubre, que es cuando se puede ascender a la misma.

La orilla de los museos

Quien visite Frankfurt no debe perder la ocasión de recorrer lo que se conoce como “la orilla de los museos”.

En 1973, el arquitecto Till Behrens ideó un cinturón verde que, a orillas del río Meno, debía albergar una serie de museos y pinacotecas. Entre todas las pinacotecas ubicadas en esta zona de la ciudad podemos destacar Portikus, Giersch, Städel o Liebieghaus.

A finales de agosto se celebra aquí una de las actividades culturales más importantes de la ciudad, la ‘Museumsuferfest’ o Fiesta de la Ribera de los Museos. Durante los días que dura esta festividad, los museos y pinacotecas abren sus puertas a los visitantes hasta altas horas de la noche.

Con un pase único y especial se pueden visitar todos los museos durante los días que dura la fiesta. Además, los organizadores de la misma programan distintos espectáculos y la orilla del Meno se cubre de puestos de venta de artesanías, ropa y joyas.

Frankfurt

Sidrerías de Frankfurt

Quien desee realizar un rápido y pintoresco recorrido por los puntos más interesantes de la ciudad para el turista puede optar por montarse en el Ebbelwei Express, una línea de tranvía que recorre dichos lugares en los días festivos.

Los viajeros de este colorido tranvía son agasajados con una copa de ‘apfelwein’ (una especie de sidra) y con pretzels. Los menores, por su parte, pueden disfrutar mientras viajan en el Ebbelwei Express de un zumo de manzana.

El ‘apfelwein’ es una de las bebidas más populares de Alemania. Desde hace siglos se produce en los alrededores de la ciudad esta bebida alcohólica que ronda entre los 5 y los 7 grados. Junto a las salchichas de Frankfurt, el ‘apfelwein’ es uno de los productos típicos de la gastronomía de Frankfurt.

En el barrio de Sachsenhausen pueden encontrarse muchas sidrerías en las que sólo se consume ‘apfelwein’. Buscar las tabernas en las que se sirve sidra producida de manera artesanal y familiar es una de las grandes actividades que pueden realizar aquellas personas que visiten esta importante y encantadora ciudad alemana.