Aunque la marca Mini pertenezca hoy al grupo BMW y se considere, por tanto, un coche alemán, lo cierto es que este vehículo, icónico sobre todo en los años 60 del pasado siglo, es de origen británico. En este artículo queremos explicar cuáles fueron los orígenes de este mítico vehículo.
El diseñador del Mini
“Yo no he inventado el Mini, solo lo diseñé”. Estas palabras fueron pronunciadas por Sir Alexander Issigonis, un ingeniero mecánico de origen griego y mecánico de adopción al que se considera el padre del famoso vehículo.
Apasionado de las tecnologías y de la mecánica desde niño, hubo un hecho decisivo en su vida que le empujó a estudiar Ingeniería Mecánica. Ese hecho fue el viaje que realizó por buena parte de Europa en 1924 con su coche recién comprado. Aquel vehículo no dejó de darle problemas en todo el viaje. Ese fue el motivo que le empujó a iniciar unos estudios en los que no brilló especialmente pero en los que se graduó.
Finalizados sus estudios, Alexander Issigonis se empleó como dibujante técnico y comercial en una oficina de diseño tecnológico-automovilístico londinense. Era el año 1929.
En esa oficina fue adquiriendo experiencia. En 1934 empezó a trabajar en el desarrollo del sistema de suspensión independiente como miembro integrante del equipo de diseño de Proyectos del fabricante automovilístico Humber Ltd. Su habilidad en el reglaje de chasis le permitió ser contratado por Morris Motors en 1936.
Fue una vez instalado en la importante empresa automovilística británica cuando Morris Motor, ya en 1941, inició el llamado Proyecto Mosquito. El objetivo principal de dicho proyecto era crear un coche de cuatro plazas compacto.
El fruto de todo ese trabajo pudo contemplarse tres años después. Fue entonces cuando el primer prototipo del equipo de Issigonis estuvo acabado.
Finalizada la Segunda Guerra Mundial, el Morris Minor, basado en dicho prototipo, fue el modelo más exitoso de la marca británica.
Nacimiento de British Motor
En 1952 se produjo un hecho clave para la industria automovilística británica: Morris Motors y Austin Motor se fusionaron para crear la British Motor Corporation (BMC).
La fusión no fue del agrado de Issigonis, que dijo ver reducida su libertad creativa. Marchó a la marca Alvis para desarrollar una berlina de lujo, pero el fracaso del proyecto le hizo volver a BMC tres años después de su marcha.
La vuelta del ingeniero a BMC estuvo marcada por un hecho histórico determinante que acabaría provocando el nacimiento del mítico vehículo al que dedicamos este artículo.
Ese acontecimiento histórico fue la crisis del canal de Suez. Dicha crisis, acaecida en 1956, provocó que el petróleo escaseara en Gran Bretaña. Mientras los utilitarios alemanes experimentaban un boom de ventas, las de los grandes coches británicos se redujeron drásticamente.
Fue Leonard Lord, uno de los jefes de BMC, quien tuvo una idea luminosa: construir un automóvil que cupiera en una caja de 3 x 1,2 x 1,2 metros. Ese coche, según Lord, debía ser diminuto y debería poder montar un motor que ya existiera en ese momento.
Issigonis aceptó el reto. Fue así como se impulsó el proyecto ADO15 (Austin Drawing Office project number 15).
De Austin Seven a Mini
El prototipo resultante de dicho proyecto, al que se le puso de nombre La Caja Naranja, estaba listo en octubre de 1957.
De antemano parecía imposible que el equipo de diseño pudiera colocar todas las piezas que necesita un coche para funcionar en un espacio tan reducido como el que debía ocupar aquel vehículo. Pero lo consiguieron.
La marca Dunlop produjo unos neumáticos especiales y en abril de 1959 se presentó la unidad de producción. De entrada, a ese vehículo se le llamó Austin Seven. En agosto del mismo año se habían fabricado algunas miles de unidades, pero ninguna de ellas llevaba aún el nombre de Mini.
Dicho nombre se utilizó en 1961 por primera vez. Fue entonces cuando el Austin Seven pasó a llamarse Austin Mini.
El empleo del término Mini en la nomenclatura del vehículo provocó un litigio entre la BMC y la Sharps Commercials, que desde 1949 venía utilizando el nombre Minicar. La justicia no vio incompatible el uso del término en el vehículo de Austin y ésta, con la nueva nomenclatura para su pequeño automóvil, llegó a producir 1.190.000 unidades del mismo.
El éxito de este vehículo, que sería todo un icono de la época, impulsó al ingeniero greco-británico al cargo de director técnico y miembro de la junta directiva, primero de Austin Motor Company (1961) y más tarde, en 1963, de la BMC.
El éxito profesional de Alexander Issigonis tocó su cima cuando, en 1967, fue nombrado miembro de la Royal Society y cuando, en 1969, fue nombrado Sir por la Reina de Inglaterra.
De cómo este mítico vehículo dejó de producirse y de cómo varios años después acabó renaciendo bajo el paraguas de la firma alemana BMW hablaremos en otro artículo de nuestra web.