Tenemos presente la historia de marcas automovilísticas como Mercedes Benz, Porsche o BMW. Todas ellos crecieron en el seno de la República Federal de Alemania. Pero… ¿qué marcas automovilísticas o qué modelos de coches determinaron la historia de la industria automovilística de la República Democrática Alemana? En este artículo queremos dar respuesta a esa pregunta y para hacerlo centraremos nuestra mirada en el que fue el coche más popular de la RDA: el Trabant.

Tras la Segunda Guerra Mundial, Alemania quedó dividida en dos partes. Una de ellas era la RFA y pertenecía al bloque occidental o capitalista. La otra, la RDA, pertenecía al bloque comunista. De las dramáticas consecuencias sentimentales que esa separación supuso para muchos alemanes ya hablamos en nuestro artículo dedicado al muro de Berlín.

Allí vimos cómo la RFA comenzó a desarrollarse económica y rápidamente gracias a la ayuda de los países occidentales. La RDA, por su parte, quedaba estancada. Un símbolo de esas dos historias económicas divergentes son los automóviles que se fabricaban a uno y otro lado del telón de acero.

Frente a la maravilla tecnológica de las creaciones de las marcas nombradas al principio del artículo destacaba la humildad y sencillez de los coches fabricados en la parte oriental de la antigua Alemania. El Trabant es el símbolo perfecto de dicha sencillez.

El nacimiento del Trabant

Para hablar de este vehículo, de sus orígenes y de sus características hay que remontarse a los años cincuenta del pasado siglo. Fue entonces cuando se fundó la VEB Sachsenring Automobilwerke Zwickau, una empresa que empezó a fabricar automóviles destinados en principio a satisfacer la demanda automovilística de compradores que no tenían por qué pertenecer en exclusiva al bloque comunista.

Trabant, que en alemán significa “satélite”, fue el nombre que se dio a toda una saga de vehículos que empezaron a fabricarse en 1957 y que pasaron a la historia en 1991, cuando se fabricaron los últimos modelos de una saga en la que podemos encontrar cuatro modelos:

  • 500 (1957 – 1962)
  • 600 (1962 – 1964)
  • Trabant 601 (1963 – 1991)
  • Trabant 1.1 (1990 – 1991)

Todas las versiones se caracterizaban básicamente por estar construidas prácticamente a mano y por carecer de todo tipo de lujo.

Prestaciones del Trabant

Las prestaciones de este automóvil, conocido popularmente como Trabi o Trabbi, eran tremendamente básicas. No en vano, este vehículo de la RDA estaba impulsado por un motor bicilíndrico de entre 500 y 600 cc y dos tiempos que solo alcanzaba a proporcionar una potencia de entre 18 y 26 CV.

Trabant 601

La simplicidad mecánica de todos estos modelos jugaba a favor de su longevidad. Un vehículo de este tipo llegaba a durar 28 años. Mantenerlos en perfecto estado era una obsesión para unos compradores que en muchos casos debían guardar una lista de espera de varios años para poder disfrutar de la posesión de uno de estos vehículos.

Refrigerado por aire y sin sistema de lubricación alguno, para que el motor se lubricara era necesario echar el aceite directamente en el depósito del combustible. De hecho, la simplicidad de este coche de la Alemania del Este era tan grande que los primeros modelos del mismo no tenían ni tan siquiera un medidor del nivel de aceite.

Versiones y modelos

Estos vehículos eran coches que consumían mucho (7 litros a los 100 km) y corrían poco (a duras penas alcanzaban los 112 km/h). A pesar de todo, la empresa que los fabricaba llegó a diseñar y fabricar una versión para destinarla a los circuitos de carreras. Dicha versión recibió la denominación 800 RS, tenía un motor de 800 cc y desarrollaba una potencia de 65 CV.

De este vehículo llegaron a realizarse versiones sedán, familiar e, incluso, descapotables.

El modelo que tuvo la suerte de gozar del motor de mayor cubicaje fue el Trabant 1.1. En este modelo, y gracias a un acuerdo entre las dos Alemanias, se implantó un motor de 1.043 cc (de ahí la denominación 1.1) heredado de la Volkswagen.

La caída de la URSS y la consiguiente desaparición de las subvenciones públicas hizo que el Trabant dejara de fabricarse. La reunificación lo arrinconó y éste, en la actualidad, ha quedado convertido en una atracción turística más en una ciudad como Berlín.

Según algunos cálculos, en Alemania deben quedar en la actualidad, circulando por las calles de sus ciudades o por sus carreteras, alrededor de 30.000 unidades de este modelo de entre los más de tres millones de vehículos de este tipo que llegaron a fabricarse en la RDA.