Si ha habido un coche de la marca BMW que nació ya con el sello de clásico ese coche es el BMW Z8. Presentado por vez primera en el 2000, en este 2020 se conmemora el vigésimo aniversario de la presentación de este roadster de la marca alemana.

Al presentar el Z8, la marca de Múnich  hacía un guiño a su pasado y a uno de sus vehículos más míticos, el BMW 507, al que ya dedicamos en su día un artículo en este Blog. Su diseño retro evocaba claramente al modelo que sedujo en su día al Rey del Rock y su tecnología era la más avanzada del momento.

Diseño del BMW Z8

Del diseño del 507, el nuevo descapotable tomaba prestado, por ejemplo, la forma del parabrisas, la parrilla delantera con los identificativos riñones de la marca muy anchos y finos, las aletas delanteras (que tenían forma de torpedo hacia los faros) y las branquias tras los pasos de rueda delanteros.

Otro aspecto que relacionaba estilísticamente al 507 con el Z8 era el salpicadero. En ambos modelos, éste estaba pintado en el mismo color que la carrocería.

BMW Z8 y BMW 507

En el diseño del nuevo roadster de la firma alemana, obra del diseñador Henrik Fisker, destacaban también los indicadores de dirección y los pilotos traseros. Éstos, que eran de neón, daban un aire muy personal y llamativo al modelo, cuyo toque retro venía potenciado por su volante de finos radios múltiples y por su cuadro de instrumentos en posición central.

El interior de este modelo era todo un canto al minimalismo.

Con un chasis en su mayoría de aluminio, el descapotable medía 4,4 metros de largo, 1,83 de ancho y 1,32 de alto y se caracterizaba por la largura de su capó, por tener una línea de cintura bastante baja y por proporcionar al conductor una posición de conducción que prácticamente estaba colocada sobre el eje trasero.

BMW Z8 interior

Mecánica del BMW Z8

Pero si, tal y como hemos señalado, el diseño del que en el año 2000 era el nuevo roadster de la marca de la hélice remitía al 507, su mecánica era la que había identificado al M5 E39. Como éste, el Z8 tenía un motor M S62 de 400 CV de potencia y prácticamente 5 litros de cilindrada. Este motor, además de potente, se reveló como muy fiable.

Este nuevo descapotable tenía una caja de cambios manual de 6 marchas, podía alcanzar una velocidad máxima limitada de 250 km/h y solo necesitaba 4,7 segundos para acelerar de 0 a 100 km/h.

BMW biplaza descapotable

Una de las grandes virtudes de este BMW biplaza descapotable era la rapidez con la que se accionaba su capota eléctrica. Bastaban 10 segundos para que la misma se pusiera o quitara, convirtiéndolo así en todo un referente entre los roadster de la marca de Múnich.

Fueron 5.703 unidades las que se fabricaron durante los tres años que se mantuvo en producción. De esas unidades, un elevado porcentaje estuvieron destinadas al mercado estadounidense.

Un coche para James Bond

Al igual que les ha sucedido a muchos vehículos de muchas marcas distintas, también el Z8 encontró en el mundo del cine un magnífico escaparate para pasar a la historia. De hecho, el roadster de la marca muniquesa pudo verse antes en el cine que en los concesionarios. Su conductor fue nada menos que James Bond, el agente 007, interpretado en esta ocasión por Pierce Brosnan.

James Bond y BMW Z8

El film en que se dio a conocer urbi et orbe el Z8 fue El Mundo Nunca es Suficiente. Al revés de lo que sucede con otros vehículos aparecidos en la saga Bond, éste no presenta demasiados inventos incorporados al mismo por el personaje de Q. Eso sí: presentaba algunas novedades técnicas que podían hacerse pasar por gadgets creados por Q, aunque no lo fueran.

Una de ellas, seguramente la más llamativa, eran las llamadas ruedas run flat, un tipo de neumático que podía rodar sin aire en caso de emergencia. Las ruedas tenían dimensiones 245/45 R18 y 275/40 R18.

El destino del coche de Bond en el film no es demasiado envidiable: acaba siendo serrado por la mitad

BMW Z8 trasera

Precio de un BMW Z8 de segunda mano

Mejor destino, sin duda, tuvo el Z8 propiedad de Steve Jobs, fundador de Apple. La unidad que había sido propiedad del genio de la informática fue subastada por cerca de 400.000 euros, un precio sin duda muy por encima de su valor de compra inicial.

En la actualidad, el precio de una versión normal de este vehículo ronda los 200.000 euros, algo que no está nada mal teniendo en cuenta que salió al mercado con un precio inicial de alrededor de 130.000 euros.

Una de las grandes ventajas que tiene este modelo sobre otros vehículos míticos es que todavía pueden encontrarse recambios originales para él. Cuando lo lanzó al mercado, la marca alemana lo hizo publicitando una promesa: la de garantizar el suministro de todas las referencias de recambios durante 40 años, 30 años más de los que obliga la ley a seguir fabricando recambios para automóviles que se han dejado de fabricar.

Y es que, sin duda alguna, BMW lanzó este biplaza descapotable al mercado sabiendo que su roadster nacía ya con aromas de clásico.